Gabriela Bernal - La molécula de ADN

LA MOLECULA DE ADN

¿Cómo puede la luz solar afectar a la molécula de ADN Y producir cáncer?

Para poder responder a esta pregunta es necesario antes recordar la estructura del ADN.

Como sabemos el ADN es una doble hélice de dos cadenas de nucleótidos, cada nucleótido consta de 3 partes: un grupo fosfato, un azúcar pentosa (con 5 átomos de carbono) llamada desoxirribosa, estos dos se enlazan produciendo así un esqueleto azúcar-fosfato y bases nitrogenadas que pueden ser: Adenina, Timina, Citosina, Guanina. Estas bases nitrogenadas solo pueden ir en el siguiente orden: la adenina formando par con la timina y la guanina formando par con la citosina.

Una característica esencial de la estructura del ADN que no podemos dejar de recalcar es que es el orden que tienen los nucleótidos en la molécula de ADN los codifican una cantidad inmensa de información y no el número de nucleótidos que poseen.

Una vez comprendido un poco la estructura del ADN podremos entender cómo es que la luz solar, una portadora de energía al planeta puede producir el cáncer.

Pese a la increíble exactitud con que está estructurado el ADN este puede sufrir daños y aun en los días nublados los rayos ultravioletas del sol pueden penetrar en la piel y afectar los nucleótidos del ADN. Si el daño se da en los genes que se encargan de la división celular, la descendencia de la célula dañada puede comenzar a sufrir mutaciones o cambios provocando así la formación de un cáncer.

Pero como nuestro organismo es tan perfecto existen una serie de enzimas especializadas que se encargan de reparar estos daños. Y si las células cutáneas, que son las afectadas por los rayos ultravioletas, sufren más daños de los que se pueden reparar, estas células realizan una especie de suicidio celular, es decir se da la muerte celular, con esto podemos entender porque al exponernos a los rayos del sol nuestra piel se pela o se desprende, esta piel desprendida son las células cutáneas muertas que no han resistido a los rayos ultravioletas del sol.

Pero si el daño no es tan grave las enzimas especializadas mencionadas anteriormente se encargarán de reparar la cadena de ADN, las personas que carecen de una o más de estas enzimas que reparan al ADN de los daños causados por los rayos ultravioletas del sol, lógicamente serán más propensas a contraer cáncer.

Los estudios demuestran que las personas de tez oscura tienen 15 veces menos probabilidades de contraer cáncer de piel que las personas de tez clara. ¿Por qué se da esto? Bueno es  simple, en la epidermis, (la capa externa de la piel) existe un pigmento que protege a la piel de los rayos del sol llamado melanina, mientras exista mayor cantidad de melanina en la epidermis, como sucede en las personas de piel oscura, habrá una mayor protección contra los efectos de los rayos ultravioleta, pero esto no quiere decir que sean totalmente inmunes a ellos.

Si el cáncer de piel es encontrado en una etapa temprana el pronóstico de recuperación es muy bueno, es por esto que hay que estar muy pendientes y aprender a identificarlos antes de que sea demasiado tarde y se tornen mortíferos. Identificar un posible cáncer de piel es mucho más sencillo de lo que parece, debemos de examinar los lunares de nuestro cuerpo en busca de uno asimétrico, es decir que tenga bordes irregulares, color irregular, su  tamaño sea más grande que el borrador de un lápiz y si encontramos cualquiera de estas características hay que visitar inmediatamente al médico para que lo examine y así evitar complicaciones a largo plazo.